En las últimas semanas, tanto el avance de datos estadísticos correspondientes al último trimestre de 2022, como indicadores de confianza de consumidores y empresas relativas al primer trimestre de 2023 han llevado a una mejora de las estimaciones relativas a estos dos períodos.
La mayor parte de los analistas esperan que la economía vasca y española esquiven la recesión técnica, si bien el crecimiento esperado en estos dos trimestres será muy limitado, y para el conjunto del 2023 se esperan crecimientos en la banda entre el 1% y el 2% es España.
Otros países de la UE, singularmente Alemania e Italia, acusarán la crisis energética con mayor intensidad, debido al peso de la industria en sus economías frente al sector servicios (un problema que también afectará a la economía vasca).
No se esperan cambios en la política monetaria, al menos hasta que los niveles de inflación no se moderen, y no cabe descartar nuevas subidas de tipos en los próximos meses, que tendrían impacto en la principal máquina de esta recuperación, el consumo de las familias.
Sobre este escenario central, persiste la incertidumbre derivada del conflicto bélico en Ucrania, que parece lejos de ver su punto final, en un contexto geoestratégico que también inicia el año con nuevos riesgos sistémicos (impacto de la nueva crisis COVID en China, medidas proteccionistas en USA, inestabilidad social en Irán…).